Descripción
Planta natural Mimosa Pudica(Vergonzosa)
| Familia | Fabaceaea | Color de la flor | |
| Usos | Parterres y macizos, Macetas y jardineras |
Exposición | Pleno sol |
| Propiedades | Temperatura | 5º | |
| Altura de la planta | 35 cm máximo | Riego | Medio |
| Época de floración | De Mayo a Octubre | Formatos disponibles | Maceta 13 cm |
La mimosa es una de las plantas más únicas que existen, y es que su capacidad de plegar sus hojas cuando se la toca resulta excepcionalmente llamativa por la velocidad con que lo hace, tan poco común en el mundo vegetal. Además, está cada vez más demandada para decorar variedad de espacios, pues no solo sus hojas son llamativas, sino que sus flores son redondas y de un color que va de rosa claro casi blanco a rosa intenso, muy decorativas.
Cuando hablamos de la mimosa nos referimos habitualmente a las plantas del género Mimosa, de la familia de las Mimosáceas. Recibe los nombres comunes de vergonzosa, adormidera, dormilona, mimosa sensitiva o moriviví.
Es importante tener en mente que la mimosa de la que tratamos se refiere a la planta herbácea de hoja perenne, una planta que normalmente no supera el medio metro de altura, y que no tiene nada que ver con la otra planta llamada mimosa, la Acacia Dealbata, un árbol de llamativas flores amarillas muy común entre los aficionados a la jardinería. La Mimosa pudica tiene su origen en América y crece allí de forma silvestre en todo tipo de territorios gracias a su gran capacidad de germinación y crecimiento, que la hacen ser considerada prácticamente una planta invasora en algunos entornos. Sus tallos llegan a crecer hasta los 90 cm de longitud, a veces con porte rastrero, y tienen costillas marcadas, pequeñas espinas y están cubiertos de pelos blanquecinos. Sus hojas son compuestas y alternas, con dos filas de foliolos paralelos, y sus pequeñas flores rosadas aparecen agrupadas en pequeñas esferas o pompones de aproximadamente 1 cm. Su esperanza de vida es de alrededor de 5 años.
Cuando se la roza, la planta pliega sus hojas como un mecanismo de defensa para parecer mustia y evitar ser comida, además de prevenir así el exceso de evaporación de agua, el efecto por el que es más conocida. Este recibe el nombre de nictinastia, y realizar el movimiento le supone a la planta un esfuerzo y estrés considerables, por lo que no se debe provocar sin más solo por verlo.
Hay que mencionar que la planta puede ser alucinógena si se ingiere, por lo que si la tenemos en casa hay que mantenerla alejada de niños pequeños y animales que estén a nuestro cargo.
Ubicación para la mimosa
La mimosa necesita la máxima luminosidad posible, aunque puede cultivarse tanto en interior como en exterior debido a su gran resistencia. En cualquier caso, la planta recibir como mínimo 5 horas al día de exposición directa al sol o disfrutar de una lámpara adecuada para ella, de suficiente potencia. También es importante protegerla de las corrientes de aire.
En jardín, ten en cuenta su gran capacidad de expansión, y es que si las condiciones son las adecuadas para ella, tendrás que tomar medidas para que no crezca más de lo que quieras.
Clima para la mimosa
Esta planta no tolera en absoluto el frío. No es necesario siquiera llegar a hablar de heladas: con que la temperatura caiga por debajo de los 10 ºC la mimosa ya puede recibir daños severos, por lo que en muchos climas lo más cómodo y seguro es cultivarla en maceta y así poder trasladarla al interior en los meses fríos, para luego devolverla afuera cuando llegue de nuevo el calor.
Riego de la mimosa
La planta necesita mantener un nivel leve pero constante de humedad en el suelo o sustrato, lo que significa que en verano, tendrás que aportarle aproximadamente un riego cada 48 horas, aunque siempre sin encharcar y teniendo cuidado de no excederte. Durante los meses fríos habitualmente será suficiente con 1 riego a la semana o como mucho dos.
En cualquier caso, presta siempre atención al estado de la tierra o el sustrato: si está seco a unos 2-3 cm de profundidad, es momento de volver a regar. Insistimos en que no encharques nunca tu mimosa, o podrías provocar la pudrición de sus raíces.
Poda de la mimosa
No es necesario practicarle poda alguna más que para controlar su crecimiento si este resulta excesivo, No obstante, tu planta mimosa agradecerá la habitual poda de mantenimiento, que la libre de hojas, tallos y flores marchitas y le permita centrar su energía en las partes más sanas.
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